Antecedentes del paciente

Los antecedentes médicos y sexuales ayudan a definir el grado y la naturaleza de la DE. Un historial médico puede revelar enfermedades que lleven a la DE, mientras que un relato simple de la actividad sexual puede distinguir entre problemas con deseo sexual, erección, eyaculación u orgasmo.

El uso de ciertas drogas ilegales o medicamentos recetados puede sugerir una causa química, ya que los efectos por medicamentos son responsables del 25 por ciento de los casos de DE. Utilizar menos o sustituir ciertos medicamentos a menudo puede aliviar el problema.

Examen físico

Un examen físico puede dar pistas sobre problemas sistémicos. Por ejemplo, si el pene no es sensible al tacto, la causa puede ser un problema en el sistema nervioso. Características de sexo secundario anormales, tales como la distribución del pelo, pueden señalar problemas hormonales, lo que significaría que el sistema endocrino está implicado. El examinador podría descubrir un problema circulatorio si observara pulsos disminuidos en la muñeca o los tobillos. Y características inusuales del pene mismo podrían sugerir el origen del problema–por ejemplo, un pene que se dobla o curva cuando está erecto podría ser el resultado de la enfermedad de Peyronie.

Pruebas de laboratorio

Diversas pruebas de laboratorio pueden ayudar a diagnosticar la DE. Las pruebas para enfermedades sistémicas incluyen recuentos de sangre, análisis de orina, perfil de lípidos y mediciones de creatinina y enzimas del hígado. La medición de la cantidad de testosterona en la sangre puede dar información acerca de problemas con el sistema endocrino y está especialmente indicada en pacientes con deseo sexual disminuido.

Otras pruebas

El monitoreo de las erecciones que ocurren durante el sueño (tumes